Cuando sientes que tu negocio no avanza (aunque lo estás intentando todo)

Antes de empezar, te aviso: esto no es una fórmula mágica. Es más bien una reflexión, una pausa, una mirada para cuando todo se siente un poco trabado.

Hay momentos en los que, por más que intentas avanzar, sientes que simplemente no pasa nada.

No es que te falten ideas. De hecho, puede que tengas demasiadas, pero ninguna se siente clara o concreta. Estás en un mismo punto.

Algo no fluye, te cuesta decidir, y el cansancio mental se va acumulando.

En esos momentos, el mundo se empieza a ver con un filtro que no nos favorece. Todo parece más difícil, más lejano, más confuso.

¿Por qué nos pasa esto?

No hay una sola razón. Puede ser una mezcla de muchas cosas: el cansancio, la presión autoimpuesta, la falta de claridad, el miedo a equivocarse, o simplemente una etapa más lenta en el negocio.

Lo importante no es solo entender por qué nos pasa esto, sino recordar que es algo común. Todos, en algún momento, nos sentimos así: bloqueados, confundidos, sin saber cuál es el siguiente paso.

Hace unos días me pasó. Estuve dos días dando vueltas con un mismo tema. Busqué información, revisé notas, armé esquemas, pero todo me parecía igual de confuso. Y ahí recordé algo importante: ya he estado aquí antes. Y cada vez que intento salir sola de este tipo de laberintos, termino más enredada.

Entonces decidí hacer algo diferente. Hablé con alguien. Le conté en qué estaba. Hablé bastante, para ser honesta. Y cuando terminé, me hizo una sola pregunta. Nada compleja. Pero fue como si me corriera de ese único árbol que venía mirando, y me hiciera ver el bosque.

A veces solo necesitas una conversación para recuperar perspectiva. No para que te den respuestas, sino para salir del mismo rincón mental.

El valor de hablar con alguien que te ayude a mirar diferente

En momentos de bloqueo, solemos hacer dos cosas: buscar más información o quedarnos rumiando solos con el problema.Y aunque eso puede ayudarnos un rato, muchas veces lo que realmente necesitamos es hablar con alguien que nos saque de ese lugar.

Una persona que te escuche sin juicio, que te ayude con otra mirada. De hecho, con que te escuche ya es bastante. A veces, al hablar, logramos ordenar nuestras ideas y ver desde otro ángulo.

Y no se trata de dar todos los detalles. Solo con compartir esas ideas que dan vuelta, ya se abren posibilidades. Y esa apertura mental cambia todo.

Dicen que emprender es un camino solitario… y en diria que si lo es. Pero también puede ser un camino acompañado, si lo elegimos así.

Lo que me funcionó, y que puede funcionarte también

Te comparto algo que me ha ayudado en situaciones así:

Ejercicio práctico para momentos de bloqueo:

1. Escribe en una hoja lo que estás intentando resolver (aunque no se entienda bien, solo suéltalo como venga).

2. Luego escribe:¿Qué estoy dejando de ver mientras me obsesiono con esto?

3. Y finalmente:¿Con quién podría hablar que vea distinto a mí, y que me genere calma o claridad?

   
   

No necesitas que esa persona tenga la solución. Solo que pueda hacerte una pregunta distinta.

Cuando estamos atrapados en la misma idea, lo que necesitamos no es una respuesta. Es una nueva perspectiva.

Este tipo de ejercicios simples pueden ayudarte a dar ese primer paso para salir del estancamiento. No resuelven todo, pero abren una puerta.

Por si lo necesitas ahora

Hace un año creé un servicio pensando justamente en estos momentos. Se llama Consultoría Puntual, y es una conversación de una hora y media donde te ayudo a mirar tu negocio con una perspectiva más amplia. Durante ese espacio identificamos juntos lo que está pasando, te ayudo a priorizar, a organizar ideas y a salir de ese lugar mental que hoy no te deja avanzar.

Es algo que comparto poco, pero siento que puede servirte si estás en ese modo del que hablamos, y hasta el 10 de mayo de 2025 está con un descuento de un 30%. Solo tienes que escribirme a massiel@massielbarrientos.com, contarme que viste esta oferta aquí y te doy todos los detalles.

A veces, lo único que necesitas es que alguien te ayude a mirar diferente. No para darte una solución mágica, sino para ayudarte a reconectar con tu propósito.

Este post no tiene una conclusión perfecta, porque no hay una única fórmula para salir del estancamiento —al menos según mi experiencia. Pero sí hay pasos suaves, humanos y concretos que podemos dar. Y el primero puede ser tan simple como hablar con alguien.

A veces avanzar no es moverse rápido. A veces avanzar es volver a ver con claridad.

Un abrazo!

Massiel