Tu negocio es único...tu estrategia también debería serlo

Intentar avanzar con una estrategia que no es tuya es como caminar con zapatos prestados: tarde o temprano, algo empieza a doler.

Al principio, no se nota tanto. Puede parecer que funciona. Pruebas una forma de comunicarte, una estructura de contenido, una estrategia que viste funcionar en otros.Y te dices: “Bueno, si les funciona a ellos, ¿por qué no a mí?”

Pero algo dentro empieza a incomodar. No es que no sepas lo que haces. Lo sabes. Pero la forma en que lo estás mostrando no te representa. Y en esos momentos aparece una duda silenciosa: ¿Será que no soy buena/o en esto? ¿Será que me falta algo más?

Tal vez no te falta nada. Tal vez lo que sobra es el intento de encajar en moldes que no fueron hechos para ti.

La estrategia no es un disfraz, debe sentirse cómoda para que puedas mantenerla en el tiempo.

Probar fórmulas genéricas puede hacerte perder lo más valioso: tu diferenciación

Muchas estrategias están pensadas para lo que “funciona en general”. Pero tu negocio no es general. Tu negocio tiene historia, intención, personalidad. Tiene tu forma de ver el mundo, tu energía, tu tono.

Imagina dos personas que ofrecen el mismo servicio (por ejemplo, sesiones de coaching).

Una lo hace desde la calma y la escucha profunda. La otra es directa, resolutiva y energética.¿Tiene sentido que usen los mismos contenidos, los mismos canales, el mismo estilo?, lo más probable es que no, y la razón es que no atraen al mismo cliente.

Tu diferencia es el punto desde donde puedes empezar a construir tu estrategia.

¿Estás usando tus propios zapatos o los de alguien más?

Muchas veces elegimos estrategias desde la urgencia. Desde el miedo de quedarnos atrás. Desde lo que nos dicen que “hay que hacer”.

Y cuando decides desde ese lugar, puede que armes algo que en apariencia se vea bien… pero no se sienta bien. Y eso se nota. En tu energía. En tu comunicación. En tu motivación.

Si sientes que lo que haces no te refleja del todo, te propongo un ejercicio breve para reconectar con lo que sí es tuyo:

Toma una hoja y escribe estas tres frases, dejando espacio para completarlas con calma:

1. Lo que me sale natural cuando hablo de lo que hago es...

2. Las personas que mejor conectan conmigo suelen decir que les gusta de mí...

3. Si pudiera elegir una sola forma de compartir mi trabajo, sería...

   
   

No necesitas escribir perfecto. Solo observar lo que aparece. A veces ahí están las pistas para una comunicación más auténtica.

No necesitas hacer lo que hacen todos. Solo necesitas hacerlo a tu manera.

¿Y si la estrategia fuera también una forma de cuidarte?

Pensamos en estrategia como algo técnico, lleno de tareas, exigente. Pero no tiene por qué ser así. Una estrategia, en este caso comunicacional, también puede ser una manera de poner límites, de organizar tu energía, de enfocarte. No para hacer más… sino para hacer lo que sí importa.

Claro que elegir da miedo. Porque elegir implica renunciar a algunas cosas. Pero también es una forma de confiar. Confiar en lo que sabes. Confiar en tu forma de hacer las cosas. Confiar en que no necesitas demostrar, solo conectar.

Una buena estrategia no tiene que ser perfecta. Solo tiene que hacer sentido contigo.

Una idea para cerrar, no para concluir

No necesitas parecerte a nadie más. No necesitas llenar cada espacio, estar en todos lados, seguir cada tendencia.

A veces, lo que más hace falta es preguntarte con honestidad:¿Esto que estoy haciendo me representa?

¿Te gustaría trabajar en una estrategia que sí te quede bien?

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Un abrazo y gracias por tomarte el tiempo de leer,

Massiel